El procedimiento de Izpisúa consiste en modificar el embrión de un animal, por ejemplo el cerdo,
para que su ADN no genere un órgano, pongamos el hígado. En lugar de
células fabricadas en el laboratorio, se aprovecha el entorno celular donde
crecen los órganos dentro del cuerpo del animal. Lo siguiente es trasladar este
experimento al humano, para lo cual será necesario superar dos barreras: la
identificación
de todos los genes responsables de la formación de un órgano en
un animal, porque si no se logra podría formarse, por ejemplo, un hígado un 80%
humano y un 20% porcino, y evitar el rechazo del órgano criado en un animal
aunque de origen humano... Leer noticia en El Mundo
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